lunes, 4 de noviembre de 2013

Volar

Hola de nuevo (Qué pesada soy).
Me apetece contar algo porque me ha dicho mi psicólogo (sí, he puesto PSICÓLOGO, con P, porque yo lo valgo, querido profesor, y PORQUE ME DA LA GANA) que es bueno escribir sobre los traumas, o las cosas que nos dan miedo (vale, me habéis pillado, no me lo ha dicho mi Psicólogo, de hecho, no tengo. Es otra excusa para contaros mi vida).
Bueno, empiezo; Me apetece contaros algo porque... Porque me apetece, no sé, hay gente que se chuta heroína o que le da por pintarse el pelo de colores porque les apetece (y que conste que no tengo nada en contra de la gente que se pincha heroína, ahora la gente que se tiñe...uf qué manía les tengo a esos :D), pues a mí me da por escribir. Y ahora tengo ganas.
Lo que quería contar es que mi hermana me ha regalado un viaje a Berlín. Un pedazo de viaje. Un señor viaje. Un viaje de esos que dices joder, te lo has currao. Hasta ahí todo bien, ¿no? Pues no. Llevo ya una semana acojonada con el puto viajecito.
Me da mucho miedo volar en avión. Me pongo muy nerviosa, como a sudar y a pensar cosas como Dios-mío-vamos-a-morir-todos o No-voy-a-poder-salir-de-aquí-nunca. Es una sensación asquerosa. Me encantaría que fueseis capaces de entenderlo porque lo que me suele decir la gente es aquello de "¿Miedo? ¿por qué? Si el avión es el medio de transporte más seguro que existe". Y UNA POLLA. A mi no me la dais. Luego también está el típico que te dice que "Volar mola". Si. Volar mola. Y que te hagan un tacto rectal también.
En fin, que me da mucho miedo. Que sé que es irracional y de niña pequeña. Bueno, ni eso; a los niños pequeños les flipa volar (aaay, inconscientes), pero no puedo evitarlo. Me supera. Así que bueno... Sólo quería (sí, he puesto SÓLO con tilde, me niego a suprimirla por mucho que os empeñéis en joder el lenguaje, queridos académicos. Perdón, Reales Académicos) contaros esto porque no puedo dejar de pensarlo y ya no sé qué hacer con este puto nudo en el estómago que tengo desde hace seis días.

Intentaré no marcarme un Melendi mañana en el avión, de verdad. Pero no prometo nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario