martes, 15 de abril de 2014

Carroña

Dicen que los buitres acechan a los más débiles, que los observan agonizar y morir para desgarrar, morder, arañar, el cuerpo de su presa. Dicen que siempre esperan que su presa muera, pero que a los más pequeños, son capaces de darles caza con vida. Dicen, también, de ellos, que son animales despreciables. Hay incluso una acepción en la RAE sobre 'buitre' descrita como una persona 'que se ceba en la desgracia de otro'.

Dicen que en las fronteras están muriendo personas. Hablan de guerras, de poder, de 'víctimas mortales'. Dicen que sus gobernantes no actúan. Hablan del miedo. Comentan que hemos puesto vallas, cercos. Cuchillas. Se describe el horror y se lamenta la pérdida de seres humanos. Se trata de mitigar el sentimiento de culpa comprando Coca-Cola, lencería, ocio, seguridad. Se embotan los cerebros y todos nos vamos a dormir con las manos y la conciencia manchadas de sangre, encorsetados en este sistema y asqueados con nosotros mismos. Pero no asqueados por la sangre. Asqueados porque no tenemos ese vestido, ese juego, o no podemos permitirnos ese viaje. Creyéndonos ese cuento de pseudo-felicidad. Alimentando nuestro ego con fotos, libros, películas y cerveza. Limpiando nuestras corrompidas almas con billetes de cincuenta euros o con papel de fumar. O con textos como este. Da lo mismo. Encendemos la televisión con la misma mecánica con que respiramos. Para escuchar una voz cuando estamos solos. Para estar tranquilos. Dicen que muere gente. Pero demasiado lejos. En África siempre ha muerto gente. Compramos conciencia hablando sin parar, escuchando canciones gritadas, leyendo panfletos. Dicen que somos libres. Y nos lo creemos. Lo cierto es que no somos más que carroña observada por buitres que nos ceban, nos atontan, nos insultan, nos roban. Mirad hacia arriba. 

Ahí están.

No hay comentarios:

Publicar un comentario