miércoles, 30 de octubre de 2013

De cero

A veces me gustaría detener el tiempo. Ya sé que todos lo hemos pensado alguna vez, que hay momentos que deberían prolongarse eternamente. Momentos en los que creemos que vamos a estallar de felicidad, o que estamos muy muy a gusto, o que nos sentimos orgullosos o contentos por algo y es ahí donde nos gustaría parar el reloj. Que esa sensación en nuestros corazones, que esa sonrisa en nuestro rostro, o en el rostro de alguien a quien queremos, no se borrase nunca. Hay veces en que nos reímos tanto que parece que nos vamos a ahogar y hay veces que nos da por llorar de alegría o emoción.
Ojalá todos nuestros días tuvieran al menos unos segundos de esta sensación, de esta chispa de felicidad que nos regala la vida en ocasiones. Pero, si nos damos cuenta, son esas contadas ocasiones las que hacen que vivirlas merezca la pena; el hecho de que sean pocas, que sean contadas y que no se repitan cada día.

Siempre se dice; "disfruta de cada día como si fuera el último". Yo digo que disfrutes de cada día como si fuera el primero. Que olvides. Que dejes atrás todo lo que te hace daño. Que sepas perdonar y aprendas a emocionarte con cada sonrisa. Que regreses día a día, al menos un ratito, a ser un niño. Que te rías, que bailes, cantes, llores, beses, abraces y ames como si nunca lo hubieras hecho. Que sepas que eres especial, que todo el mundo lo es. Que no vivas pensando que vas a sufrir o que lo bueno nunca dura. Vive pensando que tus sueños pueden hacerse realidad. No pongas los pies en la tierra por mucho que te lo digan. Sueña.
Escapa de la realidad de vez en cuando. Lee. Escribe. Saca a pasear tu sonrisa y tu buen humor. Sé que hay días jodidos. Que esto puede valer solo en teoría. Pero me gustaría que todos fuésemos capaces de empezar de cero cada día. Quizá así pudiésemos construir un mundo mejor. O quizá no pero, ¿acaso no vale la pena intentarlo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario