Los sueños no me dejaron en toda la noche. Yo creía que me tocaban con sus dedos. Pero los sueños no tienen dedos, tienen puños, así que debían de ser alacranes. (Roberto Bolaño, Los detectives salvajes).
domingo, 6 de octubre de 2013
Ya no te quiero
-¿Qué? Pero... ¿Va enserio?
-Sí, tía. Estamos todos alucinando.
-O sea, que se casa... Pero si él no era de casarse. Lo de firmar un papel para demostrar que está enamorado no es su estilo. Bueno, eso decía...
-Ya. Si es que yo no sé qué cojones le ha pasado. Es ridículo. ¡Se va a casar para divorciarse en un mes! Y no podemos hacer nada desde aquí, porque se casan allí, en Caracas.
-Bueno, igual le sale bien. A. no es tonto.
-No, no era tonto. Ahora es un capullo integral. Lleva meses sin hablar con ningún colega, sin una triste llamada y el otro día ¡pum¡ nos suelta la bomba. Yo de verdad que no comprendo a este tío.
-Pues espero que no se equivoque...
-¡Se está equivocando! Y lo sabes. Tía... ¿Por qué no hablas con él? A nosotros no nos hace caso.
-¿Yo? Qué va.
-Ya, lo entiendo, pero es que no sabemos qué hacer para que dé marcha atrás...
-Bueno, mira, yo que sé. Hace tiempo que me dejó de importar lo que hiciera o dejase de hacer con su vida.
-Ya...
-Me voy. Un beso, cuídate.
-¿Saludos de tu parte a A.?
-Me da lo mismo.
Por primera vez en mi vida soy sincera con estas palabras. Me da exactamente igual. Ya no te quiero. Doy media vuelta mientras le digo adiós con la mano a tu amigo. Me alejo sonriendo. Ya no te quiero.
(Para una persona muy especial que prometió quererse, amarse y respetarse a sí misma todos los días de su vida).
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