domingo, 5 de abril de 2015

Patera

En el silencio del mar
una letanía de hambre
se cuela en el oído del niño;
su madre le susurra despacio
una canción de amor.
Así, medio dormido, sin fuerzas,
(la melodía amortigua
el ímpetu feroz de las olas),
el niño deja de temblar.

Un hombre sujeta su rostro en las manos.
-Respirar.
Apretar las cuerdas de la garganta
para no reventar en llanto-.
Miradas perdidas en el horizonte del tiempo.
Noche que hundes los sueños
bajo hélices de espuma blanca.
Cadenas invisibles que tintinean
en lo más profundo del océano.
Inundación de gritos.

El mar escupe maderas de sangre
en la tierra
donde se prostituye la esperanza.

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