viernes, 10 de abril de 2015

Corporación de la Infamia

Naturales de Cartago coreando
tras los plasmas el silencio de un país.
Letras del abecedario contenidas en cajas.
Jueces y partes combinadas
chorreando injusticia.
Gente que añade vocabulario al síntoma social.
Picaresca como estado mental
de quienes, cómplices,
amoratan sus cuentas en el extranjero.
La sonrisa tiesa,
estandarte publicitario
de los perversos.
Hipnótico embrujo el de los falsificadores de sueños
-voces de sirena, manzanas envenenadas,
espejismo de democracia-.
Las excusas formando imaginario colectivo.
-Lo desconozco.
-No volverá a ocurrir.
-La tarjeta no era negra.
-No he cobrado ni en A ni en B.
-No lo recuerdo.
-Pido perdón.
-Está lloviendo.

Un país que continúa mojando sus miserias
en la tinta
de una fotografía que retrata el caos.
El verdadero símbolo nacional;
Un dedo corazón.





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