sábado, 2 de agosto de 2014

Reflejo

El local está casi vacío cuando llegamos aunque se va llenando paulatinamente de jóvenes que arrastran los pies y se acercan a la barra casi como autómatas. El lugar es espacioso y la música suena a todo trapo desde los altavoces. Uno de ellos está colocado a mi espalda, con lo que permanezco ajena a la animada charla que mantienen mis compañeras de mesa, mis amigas. El aislamiento forzoso me permite ir enhebrando historias inventadas de las personas que tengo a mi alrededor. Amores imposibles, traiciones, venganzas, duelos, pérdidas, alegrías y tristezas se van mezclando en las ebrias sonrisas de los protagonistas de mis historias silenciosas. Por un momento, una de esas historias me atrapa más que el resto. Una chica, sentada, sola, con la clara mirada de la derrota, observa el ir y venir de los grupos. Es hermoso contemplarla. Ella no. Tiene una edad que estará comprendida entre los veinte, veintiuno, y calza zapatillas de deporte.  Murmura en silencio. Sonríe alguna que otra vez. No sé cómo es capaz de mantenerse aún en pie y sostener la enorme copa de vino que mantiene apretada en sus manos. De vez en cuando, inclina la cabeza y abre los labios para mojar su garganta con el líquido morado y, mientras lo hace, cierra los ojos. Imagino que piensa que no está ahí sentada. Sola. Que no está derrotada y que la aguarda un futuro plagado de historias reales, y no ficticias como las que yo voy creando. Imagino que escucha el bramido del mar y alguna música replica una y otra vez martilleando sus sienes. Imagino que, mientras cierra los ojos y se traslada, la chica es feliz. Cuando vuelve a abrir los ojos, éstos se centran en otra persona que ha hecho su aparición en el local. Lo analiza y murmura. De vez en cuando sonríe.

Levanta la vista y me mira. La observo. Sonríe, sonrío. una lágrima corre por su mejilla y veo cómo la limpia con la manga del jersey rojo mientras me seco la cara. Alguien entra en el local, se apoya en el cristal y, despreocupadamente, sin saber el error infame que está cometiendo, tapa mi reflejo.
Vuelvo a estar sola.

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